En una ola de calor veraniega o en una helada invernal, todos queremos que nuestro hogar sea un refugio confortable y climatizado. Naturalmente, cuando el tiempo es extremo, consumimos más electricidad para mantenernos frescos por el calor o calientes por el frío. Sin embargo, con más gente consumiendo más electricidad a la vez, este pico de consumo puede dar lugar a picos de demanda de electricidad.
Hoy en día, los picos de demanda ponen a prueba la red eléctrica de Estados Unidos. En este post, vamos a profundizar en los problemas causados por los picos de demanda y en cómo la respuesta a la demanda puede frenarlos.
Antes de profundizar en los problemas que plantea la demanda punta, debemos entender algunos aspectos básicos de la economía de la electricidad.
Las centrales eléctricas sólo generan la electricidad necesaria para satisfacer la demanda. Esta electricidad se suministra directamente a la red eléctrica, donde acaba llegando a los consumidores. Esto se debe a que, una vez producida, la electricidad no puede almacenarse ni guardarse fácilmente en grandes cantidades.
Según la Administración de Información Energética de EE.UU., los picos de consumo eléctrico se alcanzan por la mañana y por la noche en invierno y por la tarde en verano. El mes de julio es el de mayor pico de potencia en Estados Unidos.
Cuando se producen picos de demanda, suelen necesitarse centrales adicionales para cubrir la demanda de electricidad. Las "centrales de pico" no suelen funcionar todo el año, por lo que no se "amortizan" rápidamente con el tiempo. Operar una para los picos de demanda encarece el precio de la electricidad para los distribuidores. Afortunadamente, este costo no suele repercutirse en los consumidores.
A medida que crece la población de una ciudad o región, crece también la demanda de electricidad. Como resultado, las empresas de servicios públicos y los operadores de la red deben construir más infraestructuras, como subestaciones y transformadores, para suministrar más electricidad, especialmente en las horas punta. Dado que las empresas de servicios públicos y los operadores deben recuperar estos costos fijos, esta nueva infraestructura puede traducirse en tarifas eléctricas más altas.
Más allá del costo, los picos de demanda también ponen a prueba nuestra anticuada red eléctrica. Según la última revisión de la infraestructura del Departamento de Energía en 2014, “el 70 por ciento de las líneas de transmisión de la red y los transformadores de potencia tienen más de 25 años, y la edad media de las centrales eléctricas es de más de 30 años.”
Cuando la capacidad eléctrica está casi agotada, los picos de demanda pueden provocar apagones continuos o directamente una caída de tensión o un apagón. En un apagón rotativo, los operadores de la red reducen la carga de la red cortando el suministro eléctrico durante un tiempo limitado. Para facilitar la tarea y que nadie se quede sin suministro durante demasiado tiempo, "escalonan" este corte entre distintos grupos de clientes.
En una caída de tensión, el voltaje baja debido a una sobrecarga, lo que puede hacer que las luces se atenúen. En un apagón, se pierde la electricidad durante un periodo de tiempo indefinido debido a daños, como la caída de un árbol sobre una línea eléctrica, un fallo mecánico o un corte intencionado para evitar un apagón generalizado e incontrolado.
Los apagones y la falta de electricidad acarrean una serie de consecuencias negativas, como que se estropee la comida de la nevera, que se corte Internet y no se pueda trabajar, o que falte calefacción cuando hace mucho frío.
La respuesta a la demanda beneficia a todos los integrantes de la red. En última instancia, su objetivo es frenar los picos de demanda de electricidad para que los operadores de la red no tengan que recurrir a centrales eléctricas caras, realizar costosas actualizaciones de la red o arriesgarse a que los clientes sufran cortes de electricidad.
De un modo u otro, la respuesta a la demanda le beneficia por reducir su consumo de electricidad en casa durante los periodos de máxima demanda. Normalmente, estos picos se predicen con antelación utilizando información casi en tiempo real, datos históricos, patrones meteorológicos y modelos informáticos. Esto también significa que normalmente se le avisa con antelación de cuándo debe reducir su consumo.
La respuesta a la demanda se ofrece a través de una compañía eléctrica, un proveedor de electricidad o un agregador. Aunque no es una panacea, la respuesta a la demanda ha demostrado sistemáticamente que ahorra miles de megavatios durante los picos de demanda, según la EIA.
Se producen muchos tipos diferentes de programas de respuesta a la demanda para hogares, empresas y clientes industriales. Dos de los programas residenciales más comunes son los que le piden que cambie su comportamiento para ahorrar energía y los que ahorran energía controlando directamente sus electrodomésticos o enchufes con su consentimiento.
También se conocen como programas "conductuales" y "directos" de respuesta a la demanda. Aunque cada programa varía, los incentivos suelen ser similares.
En el caso de la respuesta a la demanda basada en el comportamiento, así es como se le puede incentivar:
Para la respuesta directa a la demanda, he aquí cómo se le puede incentivar:
Aunque la respuesta a la demanda no está disponible en los cincuenta estados, es una forma sencilla de reducir el consumo de electricidad e incluso de obtener recompensas.
También es una forma útil para que los operadores de la red gestionen los picos de demanda causados por algo que disminuye el suministro normal de electricidad, como reparaciones o la retirada de un generador.
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Desde los vehículos eléctricos hasta los calentadores de agua eléctricos, estamos avanzando rápidamente hacia un futuro alimentado por electricidad, no por combustibles fósiles. Como consecuencia, la demanda de electricidad en Estados Unidos no hará sino aumentar.
Además, con las condiciones meteorológicas extremas derivadas del cambio climático y una red eléctrica envejecida, nunca se ha producido un momento mejor para la respuesta a la demanda. Beneficia a los operadores de la red, a la red, a su cartera y a nuestro planeta, todo al mismo tiempo.
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